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El parlamento Europeo busca regular así la impresión 3D por propiedad intelectual y responsabilidad civil.

 

 

 

El pasado 3 de Julio el Parlamento Europeo aprobó la iniciativa 2017/2007(INI) que se puede consultar aquí.

 

Esta iniciativa reconoce que la impresión 3D está experimentando un rápido crecimiento con un enorme potencial para transformar las cadenas de suministro, en especial de las industrias de la medicina, la aeronáutica, la automoción, la ingeniería mecánica y el sector aeroespacial entre otros.

 

Sin embargo, la resolución reconoce que “todos los elementos de la tecnología de fabricación aditiva deben cumplir ciertos requisitos y certificarse para garantizar que es posible fabricar piezas de calidad reproducibles” y busca una elaboración de nuevas normas para certificar todos los materiales, procesos o productos que están potencialmente envueltos.

 

Para ello propone encontrar una forma de “identificación y trazabilidad” para garantizar el uso con fines comerciales y no comerciales.

 

Interesante es el concepto que introduce por la complejidad que representa: la aplicación en el propio diseño de elementos o códigos distintivos que permitan la trazabilidad de los objetos 3D con facilidad.

En la fotografía se observa un colector fabricado con polvo sobre una cama de titanio. ¿Habría que rediseñarlo para introducir un código distintivo oculto?

 

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