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Es un proyecto conjunto con la NASA para fabricar tanques de combustible aeroespaciales.

 

 

 

Después de completar las pruebas de calidad, Lockheed ha fabricado un cilindro de titanio impreso en 3D tras un largo programa de desarrollo. El proyecto consistía en fabricar tanques de alta presión que pudieran transportar combustible sólido o líquido a bordo de un satélite. Gracias a la manufactura aditiva, ha sido posible reducir el tiempo que lleva fabricar tanques de titanio similares de de dos años a tres meses.

 

Un tanque de combustible se compone de tres partes que van soldadas. Un cilindro de titanio da la forma y cuerpo a la estructura. Puede tener una longitud variable en función de su capacidad. El conjunto se completa con dos domos impresos que completan los extremos. Los tanques de combustible para satélites deben ser livianos y fuertes al mismo tiempo. Son elementos que deben resistir el peso del conjunto, la presión atmosférica en tierra y finalmente soportar el vacío del espacio sin perder integridad estructural.

 

 

Los ingenieros de Lockheed utilizaron el proceso de fabricación aditiva llamado "haz de electrones" para hacer que los domos sean más rápidos de fabricar y más rentables.

La cúpula final tiene un diámetro 116,84 cm y es lo suficientemente grande para albergar espacio para 282 litros de combustible líquido o el equivalente a 6225 pelotas de ping-pong.

Se ha elegido el titanio como material primordial aunque desafortunadamente no se revela el grado de titanio ni su parametrización. 

La fabricación tradicional que sería desde un forjado de titanio, llevaría largos tiempos de espera y supondría desperdiciar más del 80% del material tras su mecanizado. 

 

La menor fuga en el tanque podría ser una catástrofe para el funcionamiento de un satélite. Por esta razón, los ingenieros evaluaron la estructura de los tanques de combustible y se realizaron muchas pruebas para garantizar la confiabilidad y el rendimiento. En este caso, la producción final de estos tanques de combustible en titanio es un gran ejemplo que respalda la solidez de esta tecnología.